viernes, 25 de marzo de 2011

LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

¿Y cómo os diría yo
lo que un ángel desbarata?
Fue como tener seguras
las paredes de la casa
y en un vendaval sin ruido
ver que el techo se levanta
y entra Dios hasta la alcoba
diciendo:
Llena de gracia,
no me levantes paredes
ni pongas muro a tu casa,
que por entrar en tu historia
me salto yo las murallas.
Si virgen, vas a ser madre,
si esposa, mi enamorada,
si libre, por libre quiero
que digas: “he aquí la esclava”.
He aquí la esclava, le dije.
Y se quedó mi palabra
sencilla, sencillamente
en el aire arrodillada.


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