domingo, 24 de abril de 2011

DOMINGO DE RESURRECCIÓN


Señor Jesús, yo sé que tu vida se complicó demasiado.
Luchaste por la paz, la justicia y la libertad,
dando todo por el amor y la verdad.
Sé que perdonaste y devolviste la dignidad a muchas personas.
Viviste entre marginados y asumiste su vida.
Yo sé que proclamaste que Dios era Padre para ellos,
llamando a vivir en tu Reino a los hombres de corazón roto.
Sé que fuiste sincero, sencillo y transparente,
diciendo siempre la Verdad y mirando de frente, a los ojos.
Pero es verdad que no te entendieron, y te quedaste solo.
Te acorralaron los poderosos y te condenaron.
Te metieron en la cárcel y te sentaron en el banquillo.
Te clavaron en un madero como a un maldito.
Yo sé que te mataron para que las cosas siguieran igual.
Y a veces pienso que tu muerte fue un fracaso. ¿¡Un fracaso!?
Pero yo sé que tú diste la vida por amor,
que tu vida, tu estilo de vida,
no podía quedar en el sepulcro.
Yo sé que tu Padre, Señor de la Vida y de la Historia,
te levantó, te puso en pie.

YO SÉ QUE RESUCITASTE, LO SÉ
¡Y CREO EN TI, SEÑOR RESUCITADO!

sábado, 23 de abril de 2011

SÁBADO SANTO


Señor, que vea…
…que vea tu rostro en cada esquina.
Que vea reír al desheredado,
con risa alegre y renacida
Que vea encenderse la ilusión
en los ojos apagados
de quien un día olvidó soñar y creer.
Que vea los brazos que,
ocultos, pero infatigables,
construyen milagros
de amor, de paz, de futuro.
Que vea oportunidad y llamada
donde a veces sólo hay bruma.
Que vea cómo la dignidad recuperada
cierra los infiernos del mundo
Que en otro vea a mi hermano,
en el espejo, un apóstol
y en mi interior te vislumbre.

Porque no quiero andar ciego,
perdido de tu presencia,
distraído por la nada…
equivocando mis pasos
hacia lugares sin ti.

Señor, que vea…
… que vea tu rostro en cada esquina.

Jose M. R. Olaizola, sj

viernes, 22 de abril de 2011

VIERNES SANTO

Si Jesús volviera hoy,
no correría mejor suerte.
Volvería a ser ejecutado
por poner el dedo en la llaga,
por gritar las verdades que hieren,
las verdades que salvan;
por criticar nuestro estilo de vida,
por vivir trabajando para los demás;
por ser sincero, leal y valiente,
por decir la verdad.
¡Qué poco ha cambiado el corazón humano!
Todavía resulta peligroso tener ideales.
¡Qué poco ha cambiado la sociedad!
Todavía persigue a quienes critican
su forma de ser, sus leyes, sus valores.
Todavía se mata a los mejores!
¡Todavía se persigue a los mejores!
Jesús, Tú que nos enseñaste
que es posible vivir de otra forma:
Tú que diste tu vida, aún teniendo miedo,
horror y angustia,
por nosotros tus hermanos;
Tú que sufriste soledad y vergüenza,
cuando fuiste abandonado por todos
por seguir adelante y defender tus ideales,
haznos compañeros tuyos;
perdona nuestras debilidades y faltas.
Danos fuerzas para seguir tus huellas.
Somos del montón y nos da vergüenza
confesar que no tenemos alegría
a pesar de nuestra cara,
a pesar del aplauso halagador,
a pesar de ser como todos,
a pesar de la comodidad.
Jesús, ten cuidado, no sea que te encuentres
nuevamente con nuestra traición.

jueves, 21 de abril de 2011

JUEVES SANTO


¡Oh Dios! Envíanos locos
de los que se comprometen a fondo,
de los que se olvidan de sí mismos,
de los que aman con algo más que con palabras,
de los que entregan su vida de verdad
y hasta El fin.

Danos locos, chiflados, apasionados,
hombres capaces de dar el salto hacia la inseguridad,
hacia la incertidumbre sorprendente de la pobreza;
danos locos, que acepten diluirse en la masa
sin pretensiones de erigirse un escabel,
que no utilicen su superioridad en su provecho.

Danos locos, locos del presente,
enamorados de una forma de vida sencilla,
liberadores eficientes del proletariado,
amantes de la paz, puros de conciencia,
resueltos a nunca traicionar,
capaces de aceptar cualquier tarea,
de acudir donde sea,
libres y obedientes, espontáneos y tenaces,
dulces y fuertes.

Danos locos, Señor; danos locos.