miércoles, 25 de febrero de 2009

CUARESMA 2009

El Papa Benedicto XVI nos invita a centrar la Cuaresma que hoy comenzamos en el ayuno, que ayuda a superar nuestro egoísmo para abrir el corazón al amor de Dios y del prójimo (ver su Mensaje para la Cuaresma 2009). La Cuaresma nos recuerda los cuarenta días de ayuno que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública. El desierto es todo lugar o situación que favorece el encuentro con Dios y el conocimiento y cumplimiento de su voluntad, porque en el desierto se hace más patente la verdad, ayuna de todo lo superfluo.
Entre las múltiples acciones para esta Cuaresma, os invitamos a uniros a la campaña 40 días con los 40 últimos, organizada por los marinistas. En su web podéis registraros, y cada día de la Cuaresma recibiréis un mail que os ayudará a dedicar cada día de la Cuaresma a los que menos tienen, a los 40 últimos países del Índice de Desarrollo Humano de la ONU.
“Este año cada día de la campaña está centrado en una carta de una persona del país correspondiente. En todos los casos son cartas escritas expresamente para la campaña en las que se ha pedido a sus autores que nos hablaran un poco de su tierra, de su situación personal y de qué les gustaría decirnos a los países del Norte. Todos ellos han tenido plena libertad para expresarse y contar en su carta lo que han estimado oportuno, sabiendo que estaban escribiendo directamente a los habitantes de un país desarrollado y que serían leídos por estos”.En el libro en el que se recogen esas cartas, "Cartas del Sur al Norte", colabora Entreculturas.

martes, 24 de febrero de 2009

¿CADA DOMINGO A MISA?


“EL IR O NO IR A MISA EL DOMINGO
NO ES LA MEDIDA DE MI FE CRISTIANA”

De acuerdo, no es la Misa el único distintivo del buen cristiano. Puede suceder que uno vaya a Misa y eso lo considere como una excusa para vivir luego con un estilo que no es precisamente el cristiano. Pero sí hay que decir que es una de las manifestaciones más expresivas de la disposición de una persona: si siente o no su pertenencia a la comunidad, si es o no consciente de que la Palabra de Dios nos va guiando y que la celebración de la Pascua de Cristo –la Eucaristía- es el centro de nuestra vivencia de la fe. De acuerdo: el de la Misa dominical no es el único termómetro de la vida cristiana, pero es un buen indicador. No es el único modo de mostrar que uno es y quiere seguir siendo cada vez mejor cristiano, pero al menos eso lo tendría que incorporar fielmente a su estilo de vida, porque lo necesita él, y porque así ayuda también a los demás, con su testimonio visible, en su fe.

Fuente: “PERO YO OS DIGO…” Editorial CCS. Madrid, 2001

lunes, 16 de febrero de 2009

¿CADA DOMINGO A MISA?

“NO SIENTO NINGUNA NECESIDAD”

La sociedad en que vivimos es cada vez más una sociedad de consumo, basada en una red de necesidades que nos crean y que hay que satisfacer, y nos hace entrar a todos en esa dinámica. El que no se libera de esta espiral consumista no experimentará nunca al Dios de nuestra esperanza, porque si no, esa dialéctica también entrará en lo espiritual. ¿Vamos a hacer depender nuestra fe, o la expresión comunitaria de la misma, del humor que tengamos el fin de semana o de si sentimos necesidad o no de la Eucaristía? ¿Hacemos lo mismo en nuestras muestras de amistad, o en nuestros estudios o trabajos, o a las reglas de juego de la comunidad a la que pertenecemos?
Fuente: “PERO YO OS DIGO…” Editorial CCS. Madrid, 2001

martes, 10 de febrero de 2009

¿CADA DOMINGO A MISA?

"NO ENCUENTRO EN LA GENTE QUE SE JUNTA EN LA MISA UNA VERDADERA COMUNIDAD"


En efecto, quisiéramos una comunidad eclesial mucho mejor. Como también estamos en medio de una sociedad que no nos gusta, y probablemente también quisiéramos una familia “mejor”. Pero la cuestión está también en qué comunidad buscamos. Nuestra Comunidad de Jóvenes, o grupo de amigos, o compañeros de estudios, no podemos encontrarla tal cual en una Misa dominical. Los gustos y opiniones de una señora mayor y los de un joven que se sienta a su lado en Misa diferirán bastante, pero si celebran la Eucaristía juntos, eso quiere decir que los dos, cada uno por su parte, están basando su existencia en el mismo Cristo Jesús. Es verdad que los demás, la comunidad, influyen mucho en mí, pero no hay que olvidar que mi lugar, mi oración y mi amén en medio de la comunidad celebrante no pueden ser asumidos por ninguno más que por mi mismo. Nadie me puede representar y sustituirme en ese nivel.

Fuente: “PERO YO OS DIGO…” Editorial CCS. Madrid, 2001

domingo, 1 de febrero de 2009

¿CADA DOMINGO A MISA?

Comenzamos esta semana una serie de entradas sobre cómo vivimos cada uno de nosotros nuestra participación en la Eucaristía dominical.
Seguro que muchos domingos, en los que no tenías muchas ganas de acudir a misa, te has planteado alguna de las excusas que iremos poniendo a lo largo de estas cuatro semanas. Hemos encontrado algunas respuestas que tal vez nos valga para superar la tentación. Si tú tienes alguna respuesta más, deja tu comentario y cuéntanosla…

“LOS QUE VAN A MISA SUELEN IR POR COSTUMBRE O TRADICIÓN”

Puede ser, pero eso vale para la mayoría de nuestras acciones. No solemos lavarnos los dientes ni leer el periódico o decir buenos días o acudir a clase o al trabajo cada vez con plena conciencia y motivación. Los casos de decisiones muy personales y motivadas se dan pocas veces en la vida: elección vocacional, matrimonio, etc. En las demás cosas, suele ser una mezcla de motivos lo que nos lleva a la constancia o a la fidelidad o a un cierto modo de obrar. La decisión a favor o en contra de la fe sucede por lo general en los pequeños pasos que damos o dejamos de dar. Y acudir a Misa por costumbre –hay costumbres que cuesta mucho conseguir- no quiere decir que se haga sin motivación y sin saber por qué se hace.

Fuente: “PERO YO OS DIGO…” Editorial CCS. Madrid, 2001