domingo, 1 de febrero de 2009

¿CADA DOMINGO A MISA?

Comenzamos esta semana una serie de entradas sobre cómo vivimos cada uno de nosotros nuestra participación en la Eucaristía dominical.
Seguro que muchos domingos, en los que no tenías muchas ganas de acudir a misa, te has planteado alguna de las excusas que iremos poniendo a lo largo de estas cuatro semanas. Hemos encontrado algunas respuestas que tal vez nos valga para superar la tentación. Si tú tienes alguna respuesta más, deja tu comentario y cuéntanosla…

“LOS QUE VAN A MISA SUELEN IR POR COSTUMBRE O TRADICIÓN”

Puede ser, pero eso vale para la mayoría de nuestras acciones. No solemos lavarnos los dientes ni leer el periódico o decir buenos días o acudir a clase o al trabajo cada vez con plena conciencia y motivación. Los casos de decisiones muy personales y motivadas se dan pocas veces en la vida: elección vocacional, matrimonio, etc. En las demás cosas, suele ser una mezcla de motivos lo que nos lleva a la constancia o a la fidelidad o a un cierto modo de obrar. La decisión a favor o en contra de la fe sucede por lo general en los pequeños pasos que damos o dejamos de dar. Y acudir a Misa por costumbre –hay costumbres que cuesta mucho conseguir- no quiere decir que se haga sin motivación y sin saber por qué se hace.

Fuente: “PERO YO OS DIGO…” Editorial CCS. Madrid, 2001

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