lunes, 27 de enero de 2014

NO SOMOS UN CLUB DE FANS


Ni siquiera el club de fans de Jesucristo…. Y te explico por qué, y cuáles son las diferencias, que son importantes…
No somos un club de fans, porque Jesús no quiere gente que le admire, sino amigos que le sigan y le ayuden. Jesús no pretende batir el récord guiness de “followers”, ni ser un permanente “trending topic”. Jesús llama a la gente porque tiene compasión de tanto sufrimiento como hay en el mundo (“Llamando a sus doce discípulos les dio poder… para sanar toda clase de enfermedades y dolencias” nos dice Mateo 10, 1). Y como es tanto el sufrimiento, tan reiterada es la llamada…
No somos un club de fans, porque seguir a Jesús no es compatible con todo, sino que has de romper con muchas cosas y muchas personas, porque pide exclusividad y no es una anécdota en tu vida (ni para ratos libres, ni para las cálidas noches del verano…), sino es algo que la transforma en algo nuevo y más libre…
No somos un club de fans, porque en el club de fans se es anónimo, se forma parte de una masa cuyo único vínculo es la admiración por el “ídolo”, y en el seguimiento de Jesús en la Compañía nos hacemos “compañeros”; el seguimiento de Jesús, nos vincula de modo entrañable, en vida y proyectos, y nos hace corresponsables los unos de los otros
Y precisamente por eso, porque no somos un club de fans, vale la pena que te plantees si te unes a nosotros.



lunes, 20 de enero de 2014

PEDRO FABRO: MAESTRO EN AFINACIÓN

Desde joven descubrió un don: detectar los movimientos interiores y las mociones del espíritu. Pero como en la música, hace falta aprender su arte. Fue Ignacio quien, desde la residencia de estudiantes en París, le enseñó a comprender la armonía.
Pedro Fabro, uno de los 3 primeros compañeros, se convertiría así en “afinador” de los demás a través de los Ejercicios, de la dulzura y comunión de sus discursos, de la clarividencia de sus opciones y apostolados.

lunes, 13 de enero de 2014

COTIDIANO


Tras celebrar la fiesta del Bautismo del Señor, retomamos la vida cotidiana después del parón navideño: ¿sabremos ver y encontrarnos en esa cotidianeidad con el Dios-con-nosotros que nos ha nacido y camina a nuestro lado?
A veces parece más fácil encontrarte en lo especial, en lo diferente, en lo extraordinario. En una experiencia única, en una amistad increíble, en un amor apasionante, en un acto de heroísmo, en una cruz tremenda…
Pero lo cierto es que también estás en lo cotidiano, en lo que ocurre cada día, en el hoy. Y es importante aprender a verte ahí.
Eres el Dios de lo normal, de las horas tranquilas, de las relaciones serenas, de los gestos sencillos, de las melodías familiares, de las pequeñas alegrías y de las renuncias discretas.
Aunque a veces me cuesta darme cuenta. Parece que siempre tiene uno que estar sintiendo mucho, viviendo mucho, experimentando algo nuevo, diferente. Parece que de otro modo estás encerrado en una vida vulgar.
Pero en realidad lo que es un poco absurdo es valorar solo lo especial, o creer que eso es lo que da sentido a la vida.
Porque hay muchas vivencias cotidianas que, si lo pienso bien, son algo grande: el plato en la mesa cada día, la palabra, llena de posibilidades, el ocio, el trabajo, aprender, estudiar, las rutinas que van marcando los días, los términos medios, las inquietudes por cosas sencillas…
¡Ayúdame, Señor, a valorar tu presencia cada día!


martes, 7 de enero de 2014

7 DE ENERO

Llegó el siete de enero. Cuatro semanas preparándonos para la Navidad... ¿y ya se ha acabado? No, no del todo. Concluyen los festejos, pero la celebración se prolonga. Este nacimiento no se aborta de repente, ni mucho menos. De hecho, su significado crece en cada creyente. Y crece de forma imparable. Toca desenchufar las luces. Justo entonces resplandece el Misterio con más intensidad. De los polvorones sólo queda el envoltorio, pero el sabor del Milagro permanece inalterado. Los villancicos enmudecen. Al instante resuena el silencio de una Paz maravillosa. Mientras los Reyes regresan por otro camino, yo emprendo el que me lleva al Interior. Si "Navidad es todos los días", entonces hay "Encarnación" diariamente. Dios hecho hombre. En Jesús Dios se hizo hombre... ¡¡por mí!! ¡¿Cómo podré cansarme de celebrarlo?! Hay Navidad tras la Navidad. Misterio y Milagro. Paz e Interior. Todo confluye en un pesebre.  Pesebre con futuro incesante, tan desconcertante como trepidante. El Niño sigue creciendo, hay Jesús para rato.
Fuente Espiritualidad Ignaciana Facebook