Tu corazón compasivo me conmueve, tu capacidad de perdonar me enseña a disculpar, tu espera constante me invita a confiar en el otro, tu entrega me hace generoso y desprendido.
La seguridad de saber que siempre me perdonas, me hace vivir seguro y confiado en todo momento. Tu ternura infinita tranquiliza mi corazón, convencido de que no hay nada que tú no perdones.
Buen Padre Dios, contágiame tu talante amoroso, tu corazón de padre pendiente, siempre a la espera, tu capacidad de olvidar me invita a perdonar todo y la fiesta que organizaste a la vuelta de tu hijo, me asegura que siempre me esperas, aunque te falle.
Hoy pongo en tu corazón a los que desconfían de ti, a los que tienen miedos o te imaginan vengativo, a los que no han experimentado tu compañía sosegante y a los que vive huérfanos, sin disfrutar de ti.
La seguridad de saber que siempre me perdonas, me hace vivir seguro y confiado en todo momento. Tu ternura infinita tranquiliza mi corazón, convencido de que no hay nada que tú no perdones.
Buen Padre Dios, contágiame tu talante amoroso, tu corazón de padre pendiente, siempre a la espera, tu capacidad de olvidar me invita a perdonar todo y la fiesta que organizaste a la vuelta de tu hijo, me asegura que siempre me esperas, aunque te falle.
Hoy pongo en tu corazón a los que desconfían de ti, a los que tienen miedos o te imaginan vengativo, a los que no han experimentado tu compañía sosegante y a los que vive huérfanos, sin disfrutar de ti.
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