A los bellos,
a los sabelotodos,
a los fuertes,
a los ricos,
a las guapas de espejo,
a los arrogantes,
a los manipuladores,
a las reinas de la fiesta,
a los chulos de barrio,
a los que opinan de todo
pero no escuchan nada,
al que sonríe sin alma,
al buscador de atajos,
al vendedor de quimeras,
al triunfador sin historia,
al presuntuoso,
al arrogante,
al que pisa fuerte sin mirar a quién…
al que nunca duda
al que siempre manda
…Hay que recordarles
que también lloran, aman.
y se equivocan a ratos.
Que no es el fulgor fugaz
lo que nos hace personas,
sino la desnudez frágil
y que es en la normalidad compartida,
donde nos podemos encontrar
hermanos.
José Mª R. Olaizola, sj
a los sabelotodos,
a los fuertes,
a los ricos,
a las guapas de espejo,
a los arrogantes,
a los manipuladores,
a las reinas de la fiesta,
a los chulos de barrio,
a los que opinan de todo
pero no escuchan nada,
al que sonríe sin alma,
al buscador de atajos,
al vendedor de quimeras,
al triunfador sin historia,
al presuntuoso,
al arrogante,
al que pisa fuerte sin mirar a quién…
al que nunca duda
al que siempre manda
…Hay que recordarles
que también lloran, aman.
y se equivocan a ratos.
Que no es el fulgor fugaz
lo que nos hace personas,
sino la desnudez frágil
y que es en la normalidad compartida,
donde nos podemos encontrar
hermanos.
José Mª R. Olaizola, sj
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