jueves, 7 de enero de 2010

AÑO SANTO COMPOSTELANO


A ti, Señor, presento mi ilusión y mi esfuerzo;
en ti, mi Dios, confío, confío porque sé que me amas.
Que en la prueba no ceda al cansancio,
que tu gracia triunfe siempre en mí.
Yo espero siempre en ti. Yo sé que tú
nunca defraudas al que en ti confía.
Indícame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas.
Que en mi vida se abran caminos de paz y bien,
caminos de justicia y libertad.
Que en mi vida se abran sendas de esperanza,
sendas de igualdad y servicio.
Encamíname fielmente, Señor.
Enséñame tú que eres mi Dios y Salvador.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu lealtad
nunca se acaba; no te acuerdes de mis pecados.
Acuérdate de mí con tu lealtad,
por tu gran bondad, Señor.
Tengo los ojos puestos en ti
que me libras de mis amarras y ataduras.
Vuélvete hacia mí y ten piedad,
pues estoy sólo y afligido.
Ensancha mi corazón encogido
y sácame de mis angustias.
Indícame tus caminos, Señor, tú que eres el Camino.
Hazme andar por el sendero de la verdad,
tú que eres la Verdad del hombre.
Despierta en mí el manantial de mi vida,
tú que eres la Vida de cuanto existe.

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