Llevábamos mucho tiempo hablando de la experiencia Magis que nos ofrecían los Jesuitas para este verano, parecía muy interesante así que nos animamos a participar. Había que elegir el tipo de experiencia en la que queríamos participar, así que Alejandro y yo (MªRosa) que pertenecemos a la Comunidad de Jóvenes del Milagro de San José escogimos ecología aunque hasta unas semanas antes no supimos a dónde íbamos.
Los días anteriores a la llegada a Montserrat nos preguntábamos en qué consistiría nuestra experiencia ya que antes solo nos habían dado unas ligerísimas ideas. Participamos con gente de diversos países como España, Líbano y Alemania, al principio costaba un poco entenderse por el idioma pero al final hay que cosas que acabas diciendo casi con gestos y con el corazón.
Cada uno veníamos de sitios diferentes, culturas distintas… pero había algo que nos unía, nuestra fe. Recuerdo que desde el primer día rezábamos el Padre Nuestro cada uno en su idioma, celebrábamos la eucaristía cantando en diferentes idiomas, las oraciones compartidas… Nuestros monitores lo tenían todo tan bien organizado que apenas nos dejaban tiempo para descansar. Destacar algunas actividades como un día por la montaña en silencio y oración acompañados por un monje benedictino, visitas turísticas a los monasterios benedictinos y al parque natural, una vigilia compartida con otra experiencia Magis y los monjes, testimonios…
Cada día que pasaba nos conocíamos mejor y estábamos más unidos, juntos también compartíamos el tiempo libre cantando, aprendiendo costumbres y tradiciones de otros países o simplemente hablando como amigos. Para finalizar la experiencia peregrinamos hasta Manresa para juntarnos allí con otras experiencias y conocer uno de los lugares por donde pasó San Ignacio.
Mª Rosa Vicente
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