Nuestro buen amigo Iván, ya en Madrid, comparte lo vivido este verano en Perú, donde ha estado colaborando con Fe y Alegría. Hemos tomado prestado su testimonio de la página Vocaciones Jesuitas:
"Todos los años varios escolares jesuitas españoles viajamos para colaborar durante los tres meses de verano con Fe y Alegría del Perú. Regreso consolado y muy conmovido por el trabajo que se desarrolla desde esta obra de la Compañía de Jesús. Me ha dejado impresionado el trabajo y la dedicación de las religiosas y religiosos que se hacen cargo de la dirección de estos colegios y que viven en los mismos suburbios; me ha dejado impresionado el modo de trabajar de Fe y Alegría.
“Allá donde termina el asfalto comienza Fe y Alegría” con ese lema Fe y Alegría se ha hecho presente en muchas zonas castigadas del Perú transformando las realidades de los suburbios en los que se ubican. Este par de palabras “Fe y Alegría” se hacen presentes devolviendo a muchas familias la esperanza de que otro futuro es posible, ofreciendo a los miles de niños lo que especialmente es de ellos: la alegría, la inocencia, la vitalidad,… Basta sólo con dar un paseo por un colegio Fe y Alegría para comprobar esa alegría en sus caras o acudir a una celebración para ver la devoción y la práctica religiosa que se trata de transmitir por parte de unas religiosas que lo dan todo por ellos.
En estos momentos hay 78 colegios Fe y Alegría en Perú en los que colaboran más de 40 congregaciones religiosas. Gracias a esto se puede hablar, en Perú, de muchos niños y niñas que han pasado por las aulas de Fe y Alegría y que ahora han formado una familia, tienen un trabajo estable o han accedido a la universidad.
En este viaje a Perú también he tenido la suerte de conocer la misión de la Compañía en la sierra de Cusco, es otra realidad diferente a la de Lima, mucho más dura que en la ciudad. Allá la pobreza es aún mayor, carecen de cosas tan básicas como los accesos ya que estos son a pie o a caballo, no tiene luz, los niños no van a la escuela y se dedican a trabajar desde los cuatro años cuidando el ganado, etc. Aquí FyA también tiene presencia activa con la red de colegios o educadores. Impresiona llegar a estas comunidades/poblados de las alturas, contemplar la dureza y a veces falta de expresión de estas personas que sufren no sólo las inclemencias del tiempo o las grandes necesidades materiales sino también la fuerte violencia familiar o el ir sobreviviendo poco a poco mientras contemplan, cuando bajan a las poblaciones, como el resto del mundo va a otro ritmo. Las necesidades en la sierra y en la selva peruana son básicas y urgentes ya que son los grandes olvidados de un país demasiado centrado en la gran urbe de Lima.
Veo tan importante que todo esto se conozca en España; que los alumnos de nuestros colegios y universidades sepan qué es y qué hace Fe y Alegría, que conozcan la realidad social de Perú...”.
"Todos los años varios escolares jesuitas españoles viajamos para colaborar durante los tres meses de verano con Fe y Alegría del Perú. Regreso consolado y muy conmovido por el trabajo que se desarrolla desde esta obra de la Compañía de Jesús. Me ha dejado impresionado el trabajo y la dedicación de las religiosas y religiosos que se hacen cargo de la dirección de estos colegios y que viven en los mismos suburbios; me ha dejado impresionado el modo de trabajar de Fe y Alegría.
“Allá donde termina el asfalto comienza Fe y Alegría” con ese lema Fe y Alegría se ha hecho presente en muchas zonas castigadas del Perú transformando las realidades de los suburbios en los que se ubican. Este par de palabras “Fe y Alegría” se hacen presentes devolviendo a muchas familias la esperanza de que otro futuro es posible, ofreciendo a los miles de niños lo que especialmente es de ellos: la alegría, la inocencia, la vitalidad,… Basta sólo con dar un paseo por un colegio Fe y Alegría para comprobar esa alegría en sus caras o acudir a una celebración para ver la devoción y la práctica religiosa que se trata de transmitir por parte de unas religiosas que lo dan todo por ellos.
En estos momentos hay 78 colegios Fe y Alegría en Perú en los que colaboran más de 40 congregaciones religiosas. Gracias a esto se puede hablar, en Perú, de muchos niños y niñas que han pasado por las aulas de Fe y Alegría y que ahora han formado una familia, tienen un trabajo estable o han accedido a la universidad.
En este viaje a Perú también he tenido la suerte de conocer la misión de la Compañía en la sierra de Cusco, es otra realidad diferente a la de Lima, mucho más dura que en la ciudad. Allá la pobreza es aún mayor, carecen de cosas tan básicas como los accesos ya que estos son a pie o a caballo, no tiene luz, los niños no van a la escuela y se dedican a trabajar desde los cuatro años cuidando el ganado, etc. Aquí FyA también tiene presencia activa con la red de colegios o educadores. Impresiona llegar a estas comunidades/poblados de las alturas, contemplar la dureza y a veces falta de expresión de estas personas que sufren no sólo las inclemencias del tiempo o las grandes necesidades materiales sino también la fuerte violencia familiar o el ir sobreviviendo poco a poco mientras contemplan, cuando bajan a las poblaciones, como el resto del mundo va a otro ritmo. Las necesidades en la sierra y en la selva peruana son básicas y urgentes ya que son los grandes olvidados de un país demasiado centrado en la gran urbe de Lima.
Veo tan importante que todo esto se conozca en España; que los alumnos de nuestros colegios y universidades sepan qué es y qué hace Fe y Alegría, que conozcan la realidad social de Perú...”.
Iván Pérez del Río, sj
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