La verdad, es que no sé ni por dónde
empezar. ¿Cómo hablar de algo tan grande? ¿Cómo expresar tanta fuerza, dureza y
amor? ¿Nos paramos a pensar en el día a día, si somos como ella fue, o si lo
pretendemos ser? ¿Pensamos de verdad, que a pesar de los problemas, hay algo
que va más allá? Ese algo, es el que nos hace afrontarlos, y seguir adelante.
Ese algo, nos da la esperanza de que los problemas no se cambian, pero la
manera de afrontarlos, si, y ese, es nuestro deber. Ella lo hizo, sintió todo
el dolor por su hijo, pero aun así, fue ejemplo de fortaleza.
Entonces, digamos que sería algo
así, como sonreírle a los obstáculos que se presenten, y así saltarlos mejor.
No digo, que no pueda haber momentos de flaqueza, pero solamente tenemos que pensar,
en que no estamos solos, que tenemos a alguien muy grande sosteniéndonos,
siempre, incondicional, igual que el amor de cualquier madre, igual que el amor
de Dios. Entonces, me acuerdo de la frase “Ningún mar en calma, hizo experto a
ningún marinero”, y es ahí, cuando entiendes, que detrás de cualquier
dificultad que se presente, hay siempre un buen aprendizaje, siempre habrá algo
nuevo que aprender, y si se refiere a crecer como persona, y a hacerse fuerte, más
todavía.
Si tengo que hablar de esa
fortaleza, de la que hablo, creo que no he podido tener mayor ejemplo, he
tenido suerte. A mí, me enseñaron a sonreírle en la cara a los problemas, y a
afrontarlos, como son, con calma y siempre sacando lo mejor de cada cosa, y
gracias a ello, me he enriquecido. Por todo eso, doy gracias, por cómo me lo
han enseñado, por lo que me siguen enseñando y por como eso, me ha hecho ser
quien soy.
Desde pequeño, te enseñan todo
lo que tienes que saber, los valores que te formarán como persona, y los que te
definirán, los mismos, que harán que hagas las cosas, coherentemente con lo que
se te presente, los problemas. Claro que no llegará el momento, en el que no
haya preocupaciones, y en el que no haya problemas, porque hay mucho que hacer,
para que eso, utópico, llegue a ocurrir, pero aun así, y mencionando una de las
reuniones de mi Comunidad, somos felices, a pesar de todas las dificultades, y eso,
es lo que cuenta. Cuenta intentar crecer todos los días, sacándole algo bueno,
siempre.
A lo mejor, en los momentos
malos no te apetece intentar sacarle el lado bueno de las cosas, como cualquier
optimista por definición haría, pero no se te pide eso, si no que reflexiones,
tanto de lo bueno como de lo malo, y que saques un aprendizaje, una lección, y
con ello, racionalizar ese obstáculo, y afrontarlo de la mejor manera posible.
¿Seremos capaces, pues, de cambiar la manera que tenemos, generalmente decaída,
apática y triste, de afrontar lo que se nos presente? ¿Queremos cambiarla, de
verdad? Está en nosotros, está en ti, tú decides. Solo de esta manera,
conseguiremos superar las dificultades, siendo, a pesar de todo, felices.
María Castro Ferrer. Comunidad de Jóvenes "Nuwanda"
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