Un eslabón por cada miedo, duda o cobardía. Por cada
mirar hacia otro lado y sólo hacia mis intereses. O hacia lo que me dicen que debe
interesarme. Se van uniendo unos mientras que otros pueden ir creciendo más
férreos e inquebrantables.
El frío acero que me rodea convierte mi temperatura y mi actitud vital de igual material y sensación térmica. Pero el calor del amor más profundo y sincero puede llegar a fundir el hierro. la dura cadena que parecía ser, en la fragua del herrero se convierte en un material incandescente, moldeable y quebradizo. Una conversión profunda y liberadora, dirigida por el amor que ama hasta el extremo.
José Javier Redero Madruga
No hay comentarios:
Publicar un comentario