Ojalá confiara… Siento el peso de
mis propias penas y desconfianzas. Me aprietan la garganta y no me dejan
respirar… Ojalá confiara más… En mí, la gente, en Dios, en el futuro… Ojalá
creyera que es posible, que todo no está perdido…
¿No ves que sin escucha no hay confianza? Ojalá me escuchases y caminaras por mi camino… ¿No ves que sin camino no hay meta alguna? Escúchame… Yo estoy contigo, te conozco mejor que tú mismo. Escúchame… ni siquiera te hablaré de mí, sino de ti, de tus ojalás dormidos y balbucientes. Si me escucharas, te escucharías más y te cuidarías más, y te querrías más… Por eso crecería tu confianza y respirarías mejor y con más alegría. Confía en mí. Yo me fio de ti. Deja en mis Manos tus asuntos. Yo los cuido. Yo te cuido. Tú confía. ¡Y respira! ¡desea! ¡camina! Escúchame y mis palabras será luz para tus pasos. Porque te quiero. Porque te conozco. Porque te deseo. No duermas, amigo. Despierta y vela. Confía.
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