SAL, o Red Solidaria, la palabra ya lo dice. Un grupo de jóvenes que tienen un compromiso, que buscan y luchan por una mejora de la realidad.
Una experiencia como la del sábado 9 no deja de ser eso, un montón de jóvenes
de distintos lugares unidos para trabajar y encontrar soluciones para lo que
nos preocupa.
Hicimos distintos talleres, nos daban una base y a partir de ahí lo
hacíamos propio, personal y trabajado por cada uno; aprendimos los derechos que
se han de respetar, la igualdad que siempre debe haber, la naturaleza que
tenemos que cuidar, y cómo llegar a ello.
¡Pero tampoco faltaron las partes de risas, de bromas y de juegos! Con
varios descansos para poder conocer mejor a la gente, echar algún que otro partido
de fútbol, y arrancarnos a tocar la guitarra para cantar todos juntos.
Lo que yo me llevo de esta experiencia es la necesidad de ayudar e
intentar mejorar la vida del resto de gente, alcanzar las metas propuestas;
también me llevo un sentimiento de empatía hacia esas personas que no han tenido
tanta suerte como nosotros.
En definitiva, una genial manera de conocer gente nueva, de
solidarizarnos, y de aprender a expresarnos, formar nuestra opinión y luchar
por ella.
Javier Bernal Rubio
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