En el verano de 2012 la
diócesis de Salamanca organizó una peregrinación de jóvenes al Santuario de
Lourdes.
Los participantes
corrieron el riesgo de dejar la segura comodidad de su casa y de salir de su
habitual entorno familiar y local, para emprender la marcha por el camino de Santiago
en dirección a Francia, con la mochila y el saco de dormir a cuestas, en compañía
de desconocidos. Y algunos se lanzaron incluso a la aventura de ir por pueblos
y ciudades como comediantes para representar en las plazas públicas escenas del
Evangelio, con la esperanza de suscitar la escucha, la acogida y la ayuda.
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